La Xunta destaca que sus gestiones permitieron el acceso del marisqueo a pie a los fondos europeos para mitigar los efectos del coronavirus

04 de Diciembre de 2020

Las directoras generales de Pesca y de Desarrollo Pesquero respondieron a distintas preguntas en la Comisión 8ª de Pesca y Marisqueo

  • La directora general de Pesca explicó que la mayoría de las medidas para paliar el impacto de la covid-19 son cofinanciadas por las comunidades autónomas, entre ellas las de la paralización de los mariscadores a pie y las compensaciones de la acuicultura y de la transformación
  • El Centro de Investigaciones Marinas estudia la explotación de macroalgas de interés comercial para impulsar la gestión sostenible y el cultivo del recurso y con los resultados prevé elaborar una guía de buenas prácticas en este ámbito
  • El robo de los berberechos que estaban en una batea de la ría de Arousa y que pertenecían a una investigación del CIMA fue denunciado por la Xunta ante la Guarda Civil y supone un obstáculo en la mejora de la producción de este recurso

La directora general de Pesca, Acuicultura e Innovación Tecnológica, Mercedes Rodríguez, defendió hoy las gestiones de la Consellería del Mar ante el Gobierno central y diputados del Parlamento Europeo que permitieron incluir expresamente el marisqueo a pie en la reforma realizada en el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca para mitigar los efectos de la covid-19. En esta línea explicó que en un principio la propuesta de la Comisión Europea no incluía a este sector que durante el estado de alarma y el confinamiento fue designado como esencial y que sufrió pérdidas o incluso no pudo faenar debido al cierre de la hostelería y restauración.

Así lo señaló en la Comisión 8ª de Pesca y Marisqueo del Parlamento donde también subrayó que, en cuanto se decretó el estado de alarma en el mes de marzo, el Ejecutivo autonómico empezó a solicitar al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que se movilizase “para conseguir una modificación del fondo comunitario que permitiera dar cobertura a las necesidades del sector”. Una modificación, especificó la directora general, que incluyera al marisqueo a pie y que diese solución a las paradas temporales de la flota motivadas por la covid-19 y a las pérdidas que pudieran producirse en la acuicultura y en la transformación.

Además desde la Xunta también se señaló la necesidad de articular medidas para paliar las pérdidas ocasionadas a las cofradías de pescadores y para garantizar la competitividad de las embarcaciones que optaron por seguir activas y que sufrieron pérdidas por el cierre de la hostelería, la contracción de la demanda y la caída de precios.

A la vista de las dificultades que se ponían desde la Administración central para incorporar al marisqueo a pie en la reforma del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca, expuso Mercedes Rodríguez, la Consellería del Mar contactó con europarlamentarios. Estos representantes del Parlamento Europeo “fueron sensibles a esta necesidad y a la de incluir la compensación a las empresas de transformación y con estos apoyos logró modificarse el reglamento del FEMP en los términos que ahora se recogen”. En este sentido, explicó que el fondo europeo ahora incluye, entre otras, las paradas temporales de la flota (donde se incluye al marisqueo la flote) y del marisqueo a pie por la covid-19, compensaciones a la acuicultura y a la transformación y la flexibilización de medidas relacionadas con seguros.

Por lo tanto, subrayó Mercedes Rodríguez, “fue la acción de la Xunta la que permitió la modificación del reglamento FEMP para el uso de estos fondos para mitigar los efectos del coronavirus”. A mayores indicó que “de las distintas medidas que se permiten en el FEMP, la Administración central solo usó la de la paralización temporal de la flota y las ayudas por el almacenamiento de productos de la pesca”. De este modo, especificó, la mayoría de las medidas son cofinanciadas por las comunidades autónomas, entre ellas las de la paralización de los mariscadores a pie y las compensaciones de la acuicultura y de la transformación.

Macroalgas
Por otra parte, la directora general de Desarrollo Pesquero, Susana Rodríguez, respondió a dos preguntas relacionadas con la labor del Centro de Investigaciones Marinas (CIMA). Una de ellas sobre el estudio de la explotación de macroalgas de interés comercial en Galicia aprobado este año y que abarca las anualidades 2020, 2021 y 2022 con el objetivo de impulsar una gestión sostenible que permita mantener el estado de conservación de estos recursos y avanzar en su cultivo.

Para eso, explicó la directora general, en la evaluación de la explotación de estos recursos se prevé emplear nuevas tecnologías como drones aéreos y submarinos que podrán ser complementados con análisis de imágenes de satélite para obtener información sobre la situación de los bancos de macroalgas sin necesidad de desplazarse a las localidades de seguimiento.

Además, añadió, se realizarán estudios en laboratorio y experiencias de cultivo y los investigadores procesarán la información de los planes de explotación de las entidades que cultivan macroalgas, lo que ayudará a elaborar una guía de buenas prácticas para la explotación de estos recursos. Susana Rodríguez también expuso que esta investigación se basa en lo que establece el Pacto Verde Europeo propuesto por la Comisión Europea en diciembre de 2019 y que incluye una hoja de ruta con acciones para impulsar un uso eficiente de los recursos mediante el paso a una economía limpia y circular, restaurar la biodiversidad y reducir la contaminación.

Berberecho
La otra pregunta a la que respondió la directora general es sobre el robo de alrededor de 5.200 individuos de berberecho que estaban en una batea instalada en la ría de Arousa y pertenecían a un proyecto de investigación del CIMA denominado Croquedous. Este suceso fue puesto en conocimiento de la Guardia Civil y la iniciativa tenía como objetivo la obtención de estirpes resistentes al parásito Marteilia cochillia mediante engorde en batea de semilla producida en criadero.

La directora general destacó que este robo -el segundo que afecta a la investigación tras el acontecido en diciembre de 2016- interrumpe el desarrollo de este proyecto y supone un importante obstáculo en la mejora de la producción de este recurso al tiempo que obliga a buscar nuevas líneas de trabajo en este ámbito. No obstante, expuso Susana Rodríguez, el CIMA conserva la información generada durante el desarrollo de la investigación.

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